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8/8/20

La ciudad perdida

Pedro Conde Sturla
7 agosto, 2020




En la puerta de entrada me encontré con un señor muy elegante que me dirigió el saludo con cierta cortesía profesional, un señor anticuado con sombrero de paja, paraguas en mano, sonrisa fría, aliento funerario. El aliento y el rostro funerarios.

1/8/20

Besos de fuego

Pedro Conde Sturla
31 julio, 2020
A mi agradecida lectora y ex alumna
Nadia Mirqueya Barinas Soñé
En una fabulosa película de Giuseppe Tornatore —todo un poema fílmico titulado “Cinema paradiso”—, se cuenta la historia de un cine que es un poco la historia de un pueblo de Sicilia llamado Giancaldo. También es la historia del proyeccionista del cine, que se llama Alfredo, y la de un niño que se convertirá en su ayudante y cuyo nombre se pronuncia Totó, aunque en italiano no lleva acento y puede dar lugar a confusiones.

28/7/20

Ei señoi Cru

Pedro Conde Sturla
24 julio, 2020

Eugenio Cruz Almánzar. 

En realidad se llamaba Eugenio Cruz Almánzar, pero en San Francisco de Macorís se hablaba cibaeño, igual que en casi todos los pueblos del Cibao, y los estudiantes le decían señoi Cru. Ei señoi Cru, le decían, porque era el director de la escuela pública y merecía respeto y era querido y respetado. Bueno día, señoi Cru, buena taide, señoi Cru.
Además estaba casado con una tía mía que se llamaba Marielba o Maria Elba Sturla Ricchetti y era también tío mío y de todos mis hermanos y de mis primos y primas y primates de apellido Sturla. Sin embargo, los familiares y amigos no le decían señoi Cru. Le decían Gengo, Genguito, tío Genguito.

27/7/20

EL CAPITÁN MATATRISTES

(Un relato de Ritos ancestrales)
Pedro Conde Sturla

La noticia corrió como noticia, como reguero de noticia, como suelen correr las noticias. En cuanto atraparon a los ladrones, cuatro supuestos ladrones que habían puesto en zozobra a la laboriosa comunidad de Sánchez, los celosos agentes del orden (guardias y policías, entre los cuales algunos vestidos de civil), los encueraron en público, como era de rigor, los despojaron sin miramientos de sus ropas, los harapos más bien, y ahí mismo les dieron una tanda de palos, de culatazos y patadas, patadas y culatazos para que sirvieran de ejemplo y buen ejemplo al público que aplaudía, que presenciaba gozoso el espectáculo, especie de catarsis aristotélica para la mala leche.

29/5/20

ALICIA

(Un relato de Monedas en la fuente)
Pedro Conde Sturla



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Los padres ahora te reciben con esa fría cortesía que ha suplantado la confianza, el cariño casi familiar de otra época. Aceptan con la misma frialdad las sentidas condolencias, el pésame por la muerte de su hija y tú te alejas, te alejas simplemente de la fila que desfila para expresar con pálidas palabras, con efusión de abrazos un dolor que no sienten como tú, que nadie puede sentir como los padres. Esos padres que ahora no te quieren a su lado. Tú lo sabes, sabes que no te quieren a su lado y te pierdes entre la numerosa concurrencia, saludas a un conocido, no son muchos, aparte de la familia no son muchos y al hermano de Alicia, tu amigo de otro tiempo, no lo encuentras. No está en ese momento. ¿Por qué te fuiste sin avisar?, te hubiera preguntado. Nadie sabe cómo contrajo esa enfermedad.

25/5/20

CUENTOS BRUJOS Y OTROS ESPANTOS

Índice

Alucinaciones y espantaciones

Mecedoras

Galipotes

La rotonda

La yegua trotona

Calle sin salida

El espejo

El viento frío 

La ciudad pérdida

Me dijeron que no entrara ahí, doctor

Agua difunta

Otra vez el espejo 



Alucinaciones y espantaciones 

20 de febrero de 2017 


Confieso que Gógol me hace recordar episodios de la remota infancia pueblerina, veladas a la luz de velas y velones o temblorosas luces incandescentes amarillas, literatura oral, cuentos espeluznantes y espeleznudos en boca de personas que creían y te hacían creer al pie de la letra en lo que contaban, cuentos  de galipotes, de muertos que salen o aparecen, del diablo en persona fumando cachimbo, echando fuego por la nariz, cuentos que te ponían los pelos de punta, la piel de gallina, te aflojaban el fulimiñín y te ponían a ver nimitas (admitiendo que existan esas palabras), convertían el corto e interminable camino de regreso a la casa en una dimensión desconocida…

IRREVERENCIAS Y PROFANACIONES DE MARK TWAIN (1-15)

Irreverencias y profanaciones de Mark Twain (1)

 

Pedro Conde Sturla

18 de noviembre de 1919


De todos los escritores del mundo, quizá sea Mark Twain quien más se haya divertido contando lo que quería contar. Por eso el lector disfruta tanto con su implacable versión de la estupidez, la arrogancia, la ostentación y el disparate generalizado de la humanidad.» (Chicago Sun Times).




Dicen que Mark Twain decía que un banquero es un señor que te presta un paraguas en un día de sol y te lo quita en un día de lluvia.

Mark Twain era un irreverente que no sólo hablaba mal de los banqueros, sino también de la religión y de la Biblia en particular. Alguien que decía: “Cuando prohíben un libro mío en una biblioteca donde tienen la Biblia al alcance de cualquier joven indefenso, la ironía de la situación, en vez de irritarme, me divierte”. También decía que “La irreverencia es la campeona de la libertad, y su única defensa segura”.

Mark Twain tenía además una pésima opinión sobre los llamados seres humanos y de su propio país, era un  disociador y un poco ateo, un enemigo jurado del  colonialismo y el imperialismo, un lunático que decía que  “Dios creó la guerra para que los estadounidenses  aprendieran geografía” y que “la nueva bandera de los Estados Unidos debería ser con las rayas blancas pintadas de negro y las estrellas sustituidas por un cráneo y dos huesos  cruzados”.

En general, se manifestó en sus escritos periodísticos como un antiimperialista radical, se pronunció a favor de las  revueltas contra el despotismo zarista en Rusia, expresó las  mayores simpatías por los chinos en la Guerra de los bóxers y dedicó críticas acerbas a la política imperial del monstruoso Leopoldo de Bélgica en el Congo.

MEMORIA Y DESMEMORIA DE MONTERREY (1-17)





Yo ruego a la diosa voluble y arbitraria que preside los destinos
 de los hombres, que vuelque sobre todos nosotros
los dones de su favor... Pero, por mucho que quiera
protegernos, nunca nos dará tanto como hemos tenido;
como perdemos ahora. Podrá colocarnos en las que la
imbecilidad o cortedad de vista de las gentes llama cumbres; pero nunca volverá a ponernos tan alto como hemos estado, porque nunca más, ¡ay, amigos!, seremos
estudiantes!...

Alejandro Pérez Lugín
La casa de la Troya 
(estudiantina)


Memoria y desmemoria de Monterrey (1)
 27 de enero de 2020 | 

Comenzaron a llegar en bandadas a partir de 1963 (el año aquel dichoso en que eligieron a Juan Bosch presidente de la República Dominicana), y en  bandadas siguieron llegando por un tiempo. Llegaban como en racimo, en grupos de diez y quince y hasta cuarenta estudiantes, y seguirían llegando hasta ser más de cien. Un centenar de estudiantes dominicanos de todos los lugares del país, becados en su mayoría por la Corporación de Fomento Industrial, por el dichoso y visionario gobierno de Juan Bosch y Gaviño que Dios lo tenga en su gloria.

22/5/20

El viento frío

Pedro Conde Sturla 
4 de marzo de 2019 
Fue el sábado en la mañana, en el momento en que me estaba levantando, cuando sentí por primera vez el suave soplo del viento frío en las piernas y en los pies. Venía de abajo de la cama y eso fue lo que me extrañó. Entonces levanté las piernas y vi que los pies subían al mismo tiempo y dejé de sentirlo. Volví a bajar las piernas y los pies al mismo tiempo y volví a sentirlo. El soplo del viento frío luego se hizo audible cuál si fuera una música de fondo, un rumor apacible como el que acompaña el correr de los arroyos en el monte. Pero el apacible rumor me causó un desasosiego en lugar de apaciguarme.