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30/4/22

La venganza de los Bernardino (1)

Pedro Conde Sturla

29 abril, 2022

Octavio de la Maza, alias Tavito

La venganza de los Bernardino se consumaría uno tres años después de la muerte de Luis, a raíz de un incidente que provocó uno de los más grandes escándalos internacionales de la era de la bestia. El famoso caso Galíndez.

22/4/22

El otro Bernardino

Pedro Conde Sturla

22 abril, 2022

Luis Bernardino, Octavio de la Maza y una persona no identificada al fondo

Aparte de Felix y Minerva hubo otro Bernardino que se destacó a su manera, o mejor dicho a la manera de los Bernardino, por la complicidad o participación en hechos de sangre. Más bien un hecho de sangre, específicamente de sangre, en el que hubo dos ensangrentados y provocó un escándalo internacional. Esta vez, sin embargo, a los Bernardino —para variar—, les tocaría la peor parte.

8/4/22

Bernardino y Bernardina (2 de 2)

Pedro Conde Sturla

8 abril, 2022

Minerva Bernardino ilustrada por Emily Cuthbert. 

A juzgar por las tantas cosas elogiosas que se han escrito y escriben sobre Minerva Bernardino, parecería que fue una especie de heroína, una persona de sólidos principios éticos, morales. Gran cantidad de artículos de opinión la describen en términos que no son simplemente elogiosos, sino de carácter apologético, hagiográfico. Se habla de ella en forma encendida, fogosa, vehemente. Estaríamos, pues, en presencia de una benefactora de la humanidad que —como dice en la mencionada placa de reconocimiento de Nueva York—, “dedicó su vida adulta al progreso de las mujeres y los niños del mundo”. La Bernardino sería casi una santa.

1/4/22

Bernardino y Bernardina (1)

Pedro Conde Sturla

1 abril, 2022

Minerva Bernardino en compañía de Eleanor Rooselvelt y una mujer no identificada. 

La familia de Felix W. Bernardino tenía vínculos de vieja data con la familia Trujillo Molina. Tanto el padre como el tío eran amigos de Pepito, el hombre que sería José Trujillo Valdez, el que sería esposo de la Excelsa Matrona y padre del Doctor Honorio, como decía la gente del pueblo, padre del Doctor Honoris Causa.

Algún día sería enterrado en la catedral primada de América y su memoria sería honrada por los siglos de los siglos con parques, avenidas, monumentos. Pero Pepito era entonces un notorio sinvergüenza que mantenía precariamente a su familia y, para aliviar la situación, de vez en cuando mandaba a alguno de sus hijos a la finca de los Bernardino en Yamasá. La bestia —como ya se ha dicho— vacacionó y trabajó en aquel lugar durante su juventud y de seguro se relacionó superficialmente con algunos de los hijos, tres varones y dos hembras. Años más tarde los incorporaría a su servicio y fueron tan eficientes servidores que mucha gente todavía siente escalofrío al escuchar sus nombres o mejor dicho el apellido.