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28/2/21

Calle sin salida

Pedro Conde Sturla

Aquella suntuosa residencia en los alrededores de Puerta de Hierro tenía un encanto particular y nos sedujo al instante, sobre todo por su ubicación al final de esa arbolada y frondosa calle sin salida. Por eso no dejó de sorprendernos que el vendedor (tan aparentemente nervioso) estuviese  contento de desembarazarse de un inmueble de ese valor a  precio de vaca muerta. Se encontraba, eso sí, en un lugar retirado, prácticamente desolado, en las afueras de la ciudad, casi al lado del río Isabela, pero allí se respiraba aire puro y fresco a pleno pulmón y era un lugar apacible, extrañamente apacible en realidad.

27/2/21

Me dijeron que no entrara ahí, doctor

Pedro conde Sturla

26 febrero, 2021

Luis Buñuel, fotograma de El ángel exterminador (1962). 

Me dijeron que no entrara ahí, doctor, desde el primer día me lo dijeron. No me dieron explicación y ni siquiera me lo ordenaron ni me lo prohibieron, sólo me dijeron que no entrara ahí, que me abstuviera simplemente de entrar y de inmediato me dió curiosidad.

24/2/21

CAPERUCITA ROJA

(versión popular)

Pedro Conde Sturla


Caperucita Roja llega a casa de la abuela y se encuentra al lobo feroz vestido de abuela y le pregunta, abuelita, y esos ojos tan grandes, y el lobo responde, para mirarte mejor. Después le pregunta, abuelita, y esa boca tan grande, y el lobo le responde, para besarte mejor. Finalmente le pregunta abuelita, y ese rabo tan grande, y el lobo feroz se sonríe torcidamente y le dice, je, je, ese no es el rabo.

22/2/21

PALACIO DEL ESQUIZO

Pedro Conde Sturla


Índice: 

Sombras nada más 

Más café, por favor, infinitamente café 

Barracuda

Caquito

En el palacio

Fábula del fabulador 

Crónicas tardías desde el Palacio de la  esquizofenia



SOMBRAS NADA MÁS 


Son como sombras sonámbulas que sueñan porque los sueños sueñan, colmena o avispero, muestrario de varia humanidad, columnas de seres y contornos imprecisos que entran y salen, ocupan las mesas, a veces todas las mesas de la Cafetería restaurante El Conde. El alucinante Palacio de la esquizofrenia en todo su esplendor. Allí concurren a granel, meditan o vegetan, discurren y se escurren el profesor emérito que dicta charlas magistrales y el alumno que aprende, el prócer y el apátrida, gobiernistas y oposicionistas igualmente fogosos, el filántropo y el misántropo, el aristócrata y el plebeyo, el abogado de oficio y el abogado sin oficio, el postor y el impostor, el filósofo, el historiador, el diplomático, el diputado, el doctor, el asistente del procurador, el revolucionario de profesión, el escritor, el trovador Rodríguez (un ingenio sin par), el cundango y la cundanga, el periodista, el publicista y su consorte, el cronista, el pintor –los infinitos 

pintores–, el escultor, el conocido caricaturista de humor negro y risa alegre con boca de chivo, el actor, el cineasta, el lambón, limpiasaco o tumbapolvo, como se dice entre nosotros, el advenedizo que quiere beber y fumar a cuenta ajena, el fisgón, el turista, el buscón y la buscona que se la buscan con los turistas, algún poeta maldito rumiando su desagravio y un montón increíble de malditos poetas, el crítico de arte de mala sangre, el crítico literario de mala leche, el crítico de cine de mala sombra, el policía que es un secreto a voces y un grupito de alcohólicos más o menos anónimos. El bardo insumiso ocupa ahora su lugar en una de las mesas del centro, acompañado de varios amigos. Como es un poco histriónico necesita el concurso del público y se lo gana fácilmente, hablando en voz muy alta y gesticulando ampliamente. En el hablar y en su persona destacan el lenguaje hiperbólico, la sonrisa desguarnecida (el vacío dental entre los caninos), la poesía a flor de piel, la oscuridad profunda de la piel, el pelo organizado en trencitas al estilo rastafari, que era el estilo húsar, y la simpatía a borbotones, definitivamente contagiosa. En este momento llega el patriarca Villegas y va a sentarse con su amigo el cronista. El patriarca Villegas viene, según dice, de un entierro y está feliz, acaba de enterrar su órgano favorito. Saluda al bardo hiperbólico, saluda a todos los que quedan a su alcance, saluda como quien dice a la muchedumbre que le devuelve el saludo, pide un café y le ofrece al cronista una cerveza. Todos saben que el cronista tiene talento para la bebida, pero esta noche no toma, se toma la noche libre y sólo toma notas para escribir su obra maestra, como dicen las malas lenguas, o quizás simplemente para fastidiar con sus comentarios en la prensa a los megalómanos del patio y a tarados que reciben premios literarios a fuerza de compadreo.Desde la mesa contigua, los integrantes de un círculo de poetas lo ojean con ojeriza, un poco de reojo y de relajo, chismorrean alegremente, discretamente, clandestinamente en voz baja para no herir susceptibilidades alcohólicas. Ninguno de ellos, casi ningún poeta, sin embargo, es abstemio. Aunque desprecien o finjan despreciar la bebida se embriagan de vanidad, viven la más infinita borrachera: El ego fermentado a tiempo completo. 

20/2/21

ACUARELA (1-6)

 Pedro Conde Sturla



1

El pueblo es ahora en mis recuerdos una bruma delgada y apacible, es un bosquejo borroso, es un paisaje frágil de espumosa niebla que a fuerza de tanta desmemoria no tiene casi nombre ni contorno, unas calles trazadas a cordel, muy pocas calles, un parque bucólico y frondoso como solían ser los parques pueblerinos, retretas los domingos y días de fiesta.

19/2/21

EL HOMBRE INVISIBLE

 


Escribe contra el gobierno, contra los valores establecidos, escribe contra el zionismo, el imperialismo, escribe contra la religión y la iglesia, contra la homofobia, el racismo, la intolerancia, asume incluso una posición crítica respecto al socialismo, proclama —al igual que Gramsci— que la verdad es siempre revolucionaria, cuestiona el valor de tus propios ideales

y verás como te aíslan, te marginan, te encierran como en una especie de leprosario, te desechan, te condenan a no existir y te vuelves invisible. Te quedas solo, definitivamente solo. Y en la soledad verás entonces cómo te sientes ser la persona mejor acompañada del mundo.

PCS

14/2/21

La muchacha de Foliño

Pedro Conde Sturla

25-02-2011 09:09


Ella apareció de repente en mi vida como un ave perdida, de las que no permanecen mucho tiempo en un nido y vuelven a perderse y vuelven a encontrarse fugazmente -cuando se encuentran-, y a la corta o la larga vuelven de nuevo a perderse   para siempre dejando un halo de incertidumbre, de lo que pudo haber sido y no fue, como dice el bolero. Pero ella tenía un ala rota y sólo volaba penosamente en círculos y siempre volvía a mi, volvía a encontrarla siempre de un modo u otro, hasta que un día decidí que era mejor perderla que encontrarla.