Pedro Conde Sturla
16 agosto, 2024
El día 20 de diciembre de 1955, durante la inauguración de la pomposa y muy costosa Feria de la paz y confraternidad del mundo libre, el lisonjero Cucho Álvarez Pina pronunció un discurso en el que (a nombre del pueblo dominicano, por supuesto), rendía homenaje a la bestia como el primer hijo de la Patria y como el más grande repúblico y gobernante nacido en tierra dominicana. La bestia se transformaba en las palabras de Cucho Álvarez en un maestro, un estadista, un conductor, un apóstol, un caudillo, el generalísimo de los Ejércitos Nacionales. Y a él estaba dedicada la obra, y al vigésimo quinto aniversario de su ascenso al poder.