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16/11/22
YO ADIVINO EL PARPADEO
12/11/22
Asalto al camión blindado
Pedro Conde Sturla
11 noviembre, 2022
El camión lo asaltaron. Yo no tengo nada que ver, ninguno de nosotros tiene nada que ver. Nos encañonaron y nos dejaron amarrados en el suelo, nos patearon cuando estábamos en el suelo, eso es todo lo que sé. Nos dijeron que no intentáramos desamarrarnos, que ni siquiera intentáramos respirar y en eso llegaron ustedes. Llegaron los policías y nos cayeron a culatazos. Estábamos amordazados y amarrados por la espalda y nos cayeron a culatazos.
11/11/22
HISTORIA CRIMINAL DEL TRUJILLATO (tercera parte)
(63-100)
Pedro Conde Sturla
Índice:
La bestia sigue a caballo (1)
La bestia sigue a caballo (2)
Los inmigrantes
Meditaciones morales (1)
Meditaciones morales (2)
El círculo del poder (1)
El círculo del poder (2): El ascenso de Paulino
El círculo del poder (3): El ascenso de Paulino
El círculo del poder (4): El ascenso de Paulino
El círculo del poder (5): El derrumbe de Paulino
El círculo del poder (6): el derrumbe de Paulino
El círculo del poder (7): Vicisitudes y venturas de Paulino
El círculo del poder (8): La danza de los favoritos
El círculo del poder (9): La danza de los favoritos
El círculo del poder (10): La danza de los favoritos
El círculo del poder (11): La danza de los favoritos
El círculo del poder (12): La danza de los favoritos
El círculo del poder (13): La danza de los favoritos
El encanto indiscreto de Manuel de Moya Alonso (1)
El encanto indiscreto de Manuel de Moya Alonso (2 de 2)
Un monstruo llamado Bernardino.
Bernardino y Bernardina (1).
Bernardino y Bernardina (2).
El otro Bernardino.
La venganza de los Bernardino (1).
La venganza de los Bernardino (2)
La venganza de los Bernardino (3 de 3)
El monstruo en su madriguera (1)
El monstruo en su madriguera (2 de 2)
RUBIROSA (1–11)
La bestia sigue a caballo (1)
Pedro Conde Sturla
15 octubre, 2021
El día 15 de noviembre de 1940 quedó registrado en la historiografía trujilloniana como uno de los más grandes acontecimientos de la historia patria. En ese magna fecha se anunció la creación de un nuevo partido político que al parecer correspondía al más auténtico clamor de la nación dominicana: el Partido Trujillista.
5/11/22
HISTORIA CRIMINAL DE TRUJILLATO (segunda parte)
HISTORIA CRIMINAL DE TRUJILLATO (32-60)
Segunda parte
1
La apoteosis del emperador
El querido Jefe lo decía y lo repetía en presencia de mi padre, el general Bonilla, y lo decía y lo repetía en presencia mía y de mis hermanas. Y lo decía y lo repetía también públicamente. No se cansaba de decirlo. Que no aceptaría otra nominación a la presidencia de la República. Que de ninguna manera se reelegiría. Que su mayor ambición era servir al pueblo y ya lo había servido, rescatando la democracia, rescatando de sus ruinas la ciudad de Santo Domingo, rescatando económicamente el país.
La única circunstancia en que consideraría volver a ser candidato era o parecía ser inconcebible. Sólo aceptaría si todo el pueblo dominicano se lo pedía. Sólo si todo el pueblo dominicano unánimemente se lo pedía. Y el pueblo se lo pidió.
31/10/22
HISTORIA CRIMINAL DEL TRUJILLATO (primera parte)
[1-31]
Pedro Conde Sturla
…bailemos un merengue de espaldas a la sombra / de tus viejos dolores, / más allá de tu noche eterna que no acaba, / frente a frente a la herida violeta de tus labios / por donde gota a gota como un oscuro río / desangran tus palabras. / Bailemos un merengue que nunca más se acabe, /bailemos un merengue hasta la madrugada: / el furioso merengue que ha sido nuestra historia.
Franklin Mieses Burgos
Paisaje con un merengue al fondo
QUERIDO JEFE
Al querido Jefe siempre le decíamos que se cuidara, que no anduviera sólo, que había mucha gente mala y envidiosa en este país, se lo decíamos a cada rato una vez y otra vez cuando venía de visita, se lo repetíamos sin cesar querido Jefe, una y otra vez querido Jefe, cuídese mucho, querido, que el país lo necesita, que nadie puede ocupar su lugar. Se lo decíamos a coro mis dos hermanas y yo, las tres que habíamos quedado bajo su manto protector por expreso deseo de nuestro padre, el deseo de un padre amoroso en lecho de muerte. En él había encontrado nuestro progenitor un amigo, un mentor, un hermano. En él sus hijas encontraron otro padre, un tutor, un benefactor, un abnegado educador, un refugio, un amante, un marido.
28/10/22
Cenizas del Fénix (texto completo)
Pedro Conde Sturla
14 octubre, 2022
I
oh despojos apenas
ingrato
viejo error…
sales para cultivar el verdín de la muerte
despojos despojos
Doradas Cenizas del fénix.
La gente ya ni recuerda que alguna vez era apenas un caserío que llamaban Las Cañitas, un paraje remoto en la arbolada geografía, encajonado al fondo, a un costado de la bahía: esa alucinación de aguas verdes y blancas y azules, ese tenaz deslumbramiento.
27/10/22
Cenizas del Fénix (3 de 3)
Pedro Conde Sturla
28 octubre, 2022
Alguien dijo en alguna ocasión (quizás un poeta francés que debería recordar y no recuerdo), que hay seres que solo viven por la poesía, por la revolución y el amor. Gente que inspira y enseña, a veces sin proponérselo. Gente que ama los libros y las palabras y convierte una caminata, un paseo entre ruinas y marismas, en una cátedra de vida. Gente como él, gente como don Heriberto.
25/10/22
21/10/22
Cenizas del Fénix (2)
Pedro Conde Sturla
21 octubre, 2022
Sólo cuando visité el monumento a los héroes —enmohecido y desgajado por la incuria—, tuve plena conciencia de haber regresado. Entonces empecé a ver las cosas de la manera en que don Heriberto nos enseñó a ver las cosas, el significado de las cosas. Con un dejo de nostalgia recorrí los lugares donde solíamos reunirnos y pensé en él tristemente. En este pueblo nació don Heriberto, aquí nacieron sus padres y sus abuelos, nació su hijo único, el hijo que le mataron. Tenía raíces profundas en el lugar y muchas cicatrices en el alma.
14/10/22
Cenizas del Fénix
Pedro Conde Sturla
14 octubre, 2022
oh despojos apenas
ingrato
viejo error…
sales para cultivar el verdín de la muerte
despojos despojos
Doradas Cenizas del fénix.
La gente ya ni recuerda que alguna vez era apenas un caserío que llamaban Las Cañitas, un paraje remoto en la arbolada geografía, encajonado al fondo, a un costado de la bahía: esa alucinación de aguas verdes y blancas y azules, ese tenaz deslumbramiento.