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25/6/22

RUBIROSA (1–11)

(Serie completa)

Rubirosa (1)

Pedro Conde Sturla 

 

De izquierda a derecha Felix W.Bernardino, Trujillo, Manuel de Moya Alonzo, una persona no identificata y Porfirio Rubirosa 


Es difícil encontrar un personaje tan despreciable y repulsivo, tan inmoral y tan frívolo, y a la vez tan popular y admirado como Porfirio Rubirosa. Porfirio Rubirosa Ariza.

Rubirosa fue el más famoso cortesano de la era de la bestia, quizás el dominicano más vergonzosamente mencionado y glorificado de la historia. Quizás Porfirio Rubirosa, junto a Pedro Henríquez Ureña y Maximo Gómez (guardando, por supuesto, las insalvables diferencias), sean todavía hoy los dominicanos de mayor proyección internacional.

24/6/22

Rubirosa (4)

PedroConde Sturla 

24 junio, 2022



Mansión presidencial, en San José de las Matas, donde se casó Flor de Oro Trujillo con Porfirio Rubirosa en 1932

Hay que imaginar que desde que conoció a Flor de Oro —y quizás desde antes de conocerla—, Rubirosa no pensaría en otra cosa. La hija de la bestia no era muy agraciada, debía tener un genio de mil demonios (como demostrarían a la larga sus ocho o nueve matrimonios fallidos), era seguramente una engreída, era dientuda o dentona, pero no carecía de encantos, ciertos encantos secretos. Flor de Oro tenía -según decían las matronas de la época- su música por dentro. Tenía, además, en especial, un atractivo que la hacía irresistible a los ojos de Rubirosa, algo inefable que la convertía en la mujer más deseada, la mujer de sus sueños. Era hija de la bestia. Era la gallina de los huevos de oro, era la llave maestra que le abriría la puerta del futuro. La mujer de su vida.

17/6/22

Rubirosa (3)

Pedro Conde Sturla



Porfirio Rubirosa a la derecha y sus hermanos Ana y César

La familia Rubirosa Ariza —con excepción de Porfirio— dejó a Europa en 1928 y regresó al país en un momento de crisis, de gran incertidumbre. El gobierno de Horacio Vázquez se tambaleaba y la bestia preparaba el golpe de mano que lo llevaría al poder. Porfirio había demostrado ser un caso perdido, un bueno para nada, y ahora de repente había perdido el apoyo económico del cual había dependido toda la vida. Aún así decidió tratar de sobrevivir y sobrevivió en París durante un tiempo a base de sus encantos, de sus buenas y malas artes, echando mano a todos los recursos que tenia a su disposición y a otros que improvisaría sobre la marcha, haciendo de tripas corazón. Hay quien dice que se ganó el pan como miembro de un conjunto de baile, que se exhibió en clubes nocturnos de mala muerte y en las calles, como artista callejero, quizás cantando y tocando guitarra. Pero las cosas, y sobre todo las mujeres, no se le dieron tan fácil desde abajo, sin la cobertura y el pedestal y el brillo diplomáticos y fracasó en casi todo lo que intentó, incluso como seductor, como Don Juan y gigoló, y al cabo de un tiempo tiró el guante y decidió regresar al país, al paisaje que había conocido en su infancia y del cual posiblemente no conservaba memoria. Pero lo peor es que ni siquiera tenía dinero para regresar y regresó de contrabando, como polizonte, en un barco mercante que lo dejó en Puerto Plata.

Porfirio había nacido en 1909, se había ido como hijo de diplomático a Europa cuando apenas tenía seis años y ahora regresaba con una mano delante y otra atrás, a fines del gobierno de Horacio Vázquez, cuando tendría unos diecinueve. Para peor, la situación de la familia no era buena y tendía a empeorar. Se agravó definitivamente cuando el padre murió en 1930 en San Francisco de Macorís. El año en el que se estrenaba el régimen de la bestia.

La gente que conoció y trató a Porfirio Rubirosa en esa época cuenta que su situación económica no era nada halagüeña y que se vio obligado a desempeñar oficios humildes. Los sábados y domingos, sin embargo, vestía sus mejores galas y se reunía en el parque con los jóvenes del pueblo, trataba siempre de destacarse, exhibiendo sus finos modales, sus conocimientos de idiomas y de mundo. Haber ido a París era una profesión, como se decía en ese tiempo. Ser blanco también era una profesión. Pero Porfirio hablaba con amargura y desencanto de sus frustrados sueños. A más de un conocido le contó que la gran meta de su vida era conquistar una mujer rica, pero sabía que para lograrlo también tenía que ser rico o por lo menos aparentar cierto nivel de bonanza. Se sentía irrealizado, sentía que no tenía presente ni futuro y no encontró nada mejor que hacer que engancharse a la guardia. 

Obedecer y recibir órdenes, dormir en incómodas literas, levantarse de madrugada y someterse a una disciplina, a una casi dictadura castrense no era lo suyo. Pero la carrera militar le abriría la puerta de sus sueños.Lo que menos pensaba Rubirosa, en el momento en que se puso el uniforme, es que esa mujer rica que había estado persiguiendo en la imaginación, muy pronto estaría al alcance de sus manos.

A la bestia le gustaba rodearse de hombres buenos mozos y gallardos, de gente elegante, atildada, bien vestida, y muy pronto se fijaría en Rubirosa y ese sería el principio de una gran amistad. La bestia lo designó como miembro de su escolta personal y al poco tiempo ostentaba el grado de capitán. Pero no cualquier capitán. El uniforme de Rubirosa estaba hecho a la medida, estrictamente a la medida de Rubirosa, todo en Rubirosa parecía estar hecho a la medida. Rubirosa lo medía y calculaba todo, como si estuviera permanentemente al acecho de una presa. Como en efecto lo estaba.

De una presa, de una codiciada presa había oído hablar y murmurar varias veces, la había oído mencionar, casi en secreto, y de seguro estaba esperando el momento de conocerla, la oportunidad de saltar sobre ella cuando el momento fuera propicio. De hecho, le saltó arriba casi desde el momento en que la vio y el salto estuvo a punto de costarle la vida.

El nombre de la agraciada era Flor de Oro Trujillo Ledesma, la hija superviviente de las dos que había tenido la bestia con una mujer humilde de la cual ahora se avergonzaba, de la madre de la única hija que tenía en esos años. Su hija llamada primorosamente Flor de Oro, la que había estado estudiando en París y regresó en 1932, a los diecisiete años de edad, la flor de la edad.

Semejante acontecimiento no podía ser pasado por alto y la bestia ordenó un recibimiento digno de una princesa. El Puerto de Santo Domingo se llenó de funcionarios y una multitud de curiosos. Toda una comitiva de edecanes, militares y cortesanos (entre los que no podía faltar y no faltaba Porfirio Rubirosa), fueron a recibirla. Flor de Oro bajaría del barco entre aplausos y voces de bienvenida, desfilaría entre filas de admirados admiradores, abrazaría a su amante padre. El padre le presentaría a sus acompañantes. Rubirosa le hablaría en francés, la deslumbraría desde el primer momento. Rubirosa también sufriría o fingiría sufrir un deslumbramiento. Se intercambiarían miradas furtivas. Se comerían con los ojos uno a otro.

Poco tiempo después Rubirosa estaría preso, mal preso, sería dado de baja deshonrosamente y reenviado a San Francisco de Macorís en las más vergonzosas circunstancias. 

(Historia criminal del trujillato (92)

Bibliografía:

Robert D. Crassweller, “The life and times of a caribbean dictator.

Henry Espinal, “Porfirio Rubirosa-Rubí. El playboy dominicano más famoso”

(https://m.facebook.com/historiadominicanaengraficas/photos/a.267065323491958/1738755342989608/?type=3)

Alí Khan (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Al%C3%AD_Khan)

Lipe Collado – Porfirio Rubirosa. La Impresionante Vida de Un Seductor (https://es.scribd.com/doc/269366762/Lipe-Collado-Porfirio-Rubirosa-La-impresionante-vida-de-un-seductor-pdf)

Porfirio Rubirosa. Mi vida como playboy (https://www.cuestalibros.com/5056218252)

Pablo Clase Hijo “Rubirosa: El primer playboy del mundo” (https://www.amazon.com/-/es/Pablo-Clase-Sanchez-ebook/dp/B0742FJHHQ).

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11/6/22

Rubirosa (2)

Pedro Conde Sturla 

10 junio, 2022


La celebrada vida de Porfirio Rubirosa —la impresionante y fascinante vida de un seductor como la definieron y definen muchos escritores y periodistas—, fue la vida de un libertino, un tipo vacío, un hombre hueco, hinchado de vanidad, un narcisista poseído de sí mismo en grado extremo, que hacía el mal sin darse cuenta o sin pretender darse cuenta y que tomaba lo que al parecer creía que el mundo le debía. Alguien que tuvo acceso durante una infancia dorada a la mejor educación, a una existencia regalada y placentera, y que pudo ser una persona útil y eligió ser un parásito.

4/6/22

Rubirosa (1)

Pedro Conde Sturla 

 


Danielle Darrieux y Porfirio Rubirosa y en su lecho de hospital después de haber sido herido en una balacera

Es difícil encontrar un personaje tan despreciable y repulsivo, tan inmoral y tan frívolo, y a la vez tan popular y admirado como Porfirio Rubirosa. Porfirio Rubirosa Ariza.

Rubirosa fue el más famoso cortesano de la era de la bestia, quizás el dominicano más vergonzosamente mencionado y glorificado de la historia. Quizás Porfirio Rubirosa, junto a Pedro Henríquez Ureña y Maximo Gómez (guardando, por supuesto, las insalvables diferencias), sean todavía hoy los dominicanos de mayor proyección internacional.

28/5/22

El monstruo en su madriguera (2 de 2)

Pedro Conde Sturla

27 mayo, 2022

Félix W. Bernardino, pistola al cinto

El nombre de Felix W. Bernardino, alias Buchilai, es algo que la gente del Este de cierta edad todavía recuerda con espanto. Mencionar a Buchilai —un apodo de carnicero— era como mencionar al diablo y verlo venir al mismo tiempo. La presencia de Buchilai en El Seibo y sus alrededores era tal vez más agobiante que la de Petán en Bonao. Es posible que —en comparación con Buchilai— para muchas personas Petán Trujillo podía parecer un angelito. Ni siquiera los Cocuyos de la Cordillera, la organización paramilitar que ideó Petán para combatir a los guerrilleros del 14 y 20 de junio tuvieron tan mala fama como los Jinetes del Este de Bernardino. Petán era por lo menos un abusador, y de seguro era capaz de matar o de mandar a matar y había matado, pero no era un asesino compulsivo como Buchilai, un torturador, un sádico, cuyo nombre todavía produce escalofríos. Y además tuvo, desdichadamente, mucho mejor suerte que Petán. Muy buena suerte.

20/5/22

El monstruo en su madriguera (1)

Pedro Conde Sturla

20 mayo, 2022

Félix Bernardino al frente de los Jinetes del Este desfilando por la calle Arzobispo Noel, 1959. Foto AGN

La bestia no lo sabía entonces ni tenía porque saberlo, pero la venganza de los Bernardino terminaría costándole finalmente la vida. Había permitido o propiciado la muerte de Octavio de la Maza para complacer a la familia Bernardino y había tenido la cachaza de darle formalmente el pésame a la familia De la Maza. Dicen que llamó a Antonio, hermano de Octavio, para expresarle sus condolencias y hacerlas extensivas a todos sus deudos. Para afrentarlo más bien, escarnecerlo, mofarse de su dolor y desafiarlo impunemente. La bestia estaba acostumbraba a humillar e injuriar a sus súbditos sin temer a las consecuencias, pero esta vez habría consecuencias. Esta vez la bestia se había extralimitado. La bestia había firmado, sin saberlo, su sentencia de muerte.

13/5/22

La venganza de los Bernardino (3 de 3)

Pedro Conde Sturla

13 mayo, 2022

El asesinato de Murphy permitió a los servicios de seguridad del imperio establecer al poco tiempo una conexión con el rapto de Galíndez y empezar a atar cabos. Muy pronto —siguiendo el rastro de sangre— comenzarían los investigadores a relacionar con el mismo caso las demás muertes y procederían a armar el rompecabezas y a señalar al culpable con nombres y apellidos y se complicó mucho más la situación. La bestia quedó envuelta en su propia telaraña.

7/5/22

UN MONSTRUO LLAMADO BERNARDINO (1-8)

Pedro Conde Sturla

 

Índice 

Un monstruo llamado Bernardino

Bernardino y Bernardina (1).              

Bernardino y Bernardina (2).                                                 

El otro Bernardino.                                                           

La venganza de los Bernardino (1).              

La venganza de los Bernardino (2) 

La venganza de los Bernardino (3 de 3)

El monstruo en su madriguera (1)

El monstruo en su madriguera (2 de 2)

Felix W. Bernardino y su hermana Minerva


Un monstruo llamado Bernardino

Pedro Conde Sturla

25 marzo, 2022

Al inicio de su fatídico gobierno, en la fatídica década de 1930, la bestia incorporó a su servicio a uno de los personajes más oscuros de la muy oscura era gloriosa, alguien que se destacó por su oscuridad entre los muchos tipejos oscuros del régimen tenebroso. No era un simple sicario, un verdugo, un torturador, un asesino vesánico, era un hombre instruido, tan malo como instruido, y respondía al nombre de Felix W. Bernardino. Orgullosamente Félix Wenceslao Bernardino Evangelista. Todo un Evangelista. Además le decían Buchilai, alias Buchilai o Buchilay.

La venganza de los Bernardino (2)

Pedro Conde Sturla

6 mayo, 2022

Galíndez y Gloria Estebanía Viera, la mujer que lo sedujo

Galíndez nunca vio venir el terrible golpe que le deparaba el destino, o mejor dicho la bestia. El 12 de marzo de 1956 desapareció de la faz de la tierra. Una hermosa mujer lo engatusó, le tendió una trampa en su propio apartamento de Manhattan. El apartamento donde lo drogaron y de donde lo llevaron al aeropuerto. El aeropuerto donde lo esperaba un avión que lo trajo drogado a Montecristi, haciendo escala en Miami. El avión que pilotaba el joven Gerald Murphy. El avión en que también viajaba el médico Miguel Rivera, el médico que drogó a Galíndez y lo mantuvo drogado durante el vuelo. El vuelo en que además venía el inefable Felix W. Bernardino.