Escribe contra el gobierno, contra los valores establecidos, escribe contra el zionismo, el imperialismo, escribe contra la religión y la iglesia, contra la homofobia, el racismo, la intolerancia, asume incluso una posición crítica respecto al socialismo, proclama —al igual que Gramsci— que la verdad es siempre revolucionaria, cuestiona el valor de tus propios ideales
y verás como te aíslan, te marginan, te encierran como en una especie de leprosario, te desechan, te condenan a no existir y te vuelves invisible. Te quedas solo, definitivamente solo. Y en la soledad verás entonces cómo te sientes ser la persona mejor acompañada del mundo.
PCS
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