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22/5/20

DALLAS EL GUNMAN

Pedro Conde Sturla
23 agosto, 2019



Marcial Lafuente Estefanía divisó a lo lejos al muchacho que caminaba en dirección al rancho con pasos torcidos. Traía la silla de montar al hombro y a medida que se fue acercando pudo ver que estaba flaco, débil, esmirriado. En algún lugar del desierto había perdido la montura y parecía a punto de colapsar mientras avanzaba con un andar cada vez más vacilante hacia el pozo. Por un momento le pareció que no iba a poder llegar y  Marcial Lafuente  Estefanía fue a su encuentro y le pasó la cantimplora.

Juan Bobo y Pedro Animal

Pedro Conde Sturla
26 julio, 2019
Juan Bobo y Pedro Animal eran parte de la infancia. Muchos crecimos con ellos y con “Los cuentos de seño Ambrosio”, de César N. Perozo. Cuentos de humor ingenuo que pocos conocen ya o simplemente recuerdan. Juan Bobo y Pedro Animal estaban en boca de los niños de escuelas, campesinos y letrados, circulaban en mis años juveniles como literatura oral y hasta hace poco tiempo pensaba que eran producto del folklore nacional, de la cultura que compartimos en esta parte del mundo. De hecho, hay quien considera que Juan Bobo pertenece a la literatura infantil dominicana, y bajo este rótulo aparece en un blog el cuento “En una misa me rompieron la camisa” (https://infantojuvenildominicana.blogspot.com/2018/05/juan-bobo-en-una-misa-me-rompieron-la.html).

El diablo y Pedro Animal

Pedro Conde Sturla

Recuerdo perfectamente el día en que Pedro Animal fue a buscar trabajo en la finca del diablo. El día en que me lo contaron, quiero decir. Eso no lo puedo olvidar por más que quiera, es un recuerdo imborrable, una mancha indeleble. Los pelos se me ponían de punta al escuchar la narración porque entonces tenía pelos, y la piel se me engranujaba, se me ponía de pronto como papel de lija, como carne de gallina.
Las luces amarillentas del alumbrado en Macorís del Jaya, la atmósfera enrarecida, la imaginación desbocada, mis tiernos años de vida y mis nervios de cervatillo contribuían a duplicar la tensión de las narraciones que se sucedían a veces sin cesar, una tras otras, en la voz de la contadora que creía firmemente en todo lo que contaba. 

21/5/20

BARRACUDA

Pedro Conde Sturla

Ah, si me vuelvo 
ese pasante ya no es sino bruma. 
Misoaka Shiki

BARRACUDA es el seudónimo de un poeta que escribe y se mueve como un pez. Entra y sale, sinuoso, del Palacio de la Esquizofrenia sin levantar sospechas, a pesar de sus ademanes anfibios. Pasar desapercibido es su destreza: signo y sino de pez. Un minuto lo ves, un minuto no existe: prototipo del hombre que no está, discreto ausente, “más discreto/ que el silencio”.
Barracuda, por ejemplo, se instala en su espacio de reflexión: la mesa del rincón que otros evitan, junto a la entrada del baño, donde presiente el agua. Se amuebla, se acomoda, predispone el ambiente en términos acuarios. Ahora respira en su elemento, palpita su corazón de pez fuera de serie. Nadie lo nota ni quiere ser notado.  Desde el acuario puede ver sin que lo vean, oír sin ser oído, leer sin que lo lean. Y escribir, sobre todo.

EL COLMADÓN DE LOS FURUFOS


            Pedro Conde Sturla
            Un relato de Ritos ancestrales 
           

A la grata memoria de Joselín Miniño.

         El Filósofo adopta un aire entre ecuménico y paternalista y pide calma y pide moderación y pide orden y pide una soda amarga y pide hielo frío, bien frío, con una voz rasgada y cordial que quiere ser autoritaria, pero el dependiente del colmadón no se da por enterado y el Filósofo vuelve a reclamar hielo frío, bien frío, por favor hielo frío, y una silla y un vaso para el ingeniero que acaba de llegar. Siéntese, por favor, ingeniero, y toma un respiro y toma un trago corto y toma de nuevo la palabra y reanuda el tema de la revolución francesa, el papel de los furufos en la revolución francesa. Robespierre, por ejemplo, era un furufo, un don nadie, un carajo a la vela, un descastado. Y Marat otro furufo. Y Danton más furufo. Furufos todos y fusiladores.

20/5/20

EL LADRÓN

(Un relato de Los cuentos negros)
Pedro Conde Sturla


EL HOMBRE echó un vistazo en derredor y se detuvo
junto a la farmacia: apretó los puños, se mordisqueó
nerviosamente los labios y continuó avanzando
hasta llegar al muro del patio. Entonces volvió a
mirar en torno para comprobar que las calles permanecían
desiertas, silenciosas y esfumadas. En las casas
de la vecindad no se advertía el menor movimiento.
La noche estaba crecida. Se respiraba un aire denso
y duro, oloroso a carbón y a frituras de mercado.

19/5/20

EL PERRITO PINTO

Un relato del libro Ritos ancestrales
http://www.amazon.com/-/e/B01E60S6Z0
Pedro Conde Sturla

[Existir en toda su intensidad, con el despliegue
de alegría, dolor, angustia y gozo que la existencia
conlleva, no es una opción, es la definición de estar
vivo, y es tan ineludible, afortunadamente, como
respirar. O cooperamos con lo inevitable y le sacamos
partida, o nos colocamos de espalda a nuestra propia
potencialidad de ser plenamente. 
Ginny Taulé]

A
hora que despierto un poco al soplo de un breve resoplido, abro los ojos y me enfrento a los ojillos dulces y marrones del perrito  pinto que acerca su nariz a mi nariz, la expresión risueña, la cabeza del foxterrier perfectamente triangulada, las orejas gachas o tumbadas a mitad, en forma de v invertida, las motas marrones en la frente a manera de contraste con su color blanco y negro, su corpulenta anatomía y al final un rabito que se mueve como un péndulo enloquecido, sonriéndome con el rabito y con los ojos, alertándome para que me despierte y juegue con él, resoplando y acercando cada vez más su nariz a mi nariz.

IRREVERENCIAS Y PROFANACIONES



Cuando prohíben un libro
mío en una biblioteca
donde tienen la Biblia al alcance de cualquier
 joven indefenso, la ironía de la situación
en vez de irritarme me divierte
Mark Twain
La irreverencia es la campeona de 
la libertad, y su única defensa segura
Mark Twain
La irreverencia es la madre de
los tomates 


 PCS
ÍNDICE:
Profundo púrpura
Los ritos ancestrales
Cantar de los cantares
El nazionalista
Al maestro con cariño
La novicia rebelde
Crónicas tardías desde el Palacio de la esquizofrenia


PROFUNDO PÚRPURA

(Un relato del libro Los cuentos negros)
Pedro Conde Sturla
















FÁBULA DEL FABULADOR

Un relato de Los cuentos negros
De venta en:
http://www.amazon.com/-/e/B01E60S6Z0

        Pedro Conde Sturla
       (1)
        [Donde se describen las peripecias de nuestro héroe en los llanos venezolanos y la aventura galante con una marquesa telefónicamente infiel durante su luminosa estadía  en París].   



Uno se lo imagina todavía, a Dato Pagán Perdomo, rodeado de serpientes en los llanos venezolanos. Ahora está sentado a una de las mesas del Palacio de la Esquizofrenia -la Cafetería Restaurante El Conde-, compartiendo con sus cofrades. Minutos antes viajaba en el autobús que había embestido contra aquel objeto que parecía moverse y se movía. La anaconda del grueso de una palmera había salido de la nada y el autobús repleto de pasajeros le pasó por encima y estuvo a punto de dar un vuelco. Fue un tumbo fantástico, de casi dos metros, por lo menos. El autobús se elevó en la pista, cayó con un ruido enorme –gritos despavoridos de los pasajeros- y anduvo un trecho en dos ruedas, hasta que recobró la estabilidad.

Los Cocodrilos (Ensayo sobre poetas)

Pedro Conde Sturla
Los Cocodrilos
(Ensayo sobre poetas)
Santo Domingo,

República Dominicana

2016