Pedro Conde Sturla
4 febrero, 2022
Entre 1938 y 1944 —como Presidente del Comité Central del Partido Dominicano— Paíno Pichardo se convirtió en la mano derecha de la bestia, el favorito indiscutible de la bestia. Durante ese período tuvo en sus manos la poderosa maquinaria del partido más poderoso del país, el único del país. Un partido que estaba presente en todos los rincones, que llegaría a tener en su mejor momento una cifra millonaria de afiliados y docenas de juntas provinciales, comunales y municipales. Un partido omnipresente en el paisaje urbano y rural.