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31/8/24

El reinado de Angelita I

Pedro Conde Sturla

31 agosto, 2024


La inauguración de la Feria se realizó en el Palacio del Ayuntamiento y la coronación en el Teatro Agua y Luz Angelita

La regia inauguración de la Feria de la paz de Trujillo y de la confraternidad del llamado mundo libre fue algo que en las noticias estremeció los cimientos del país. Faltaban palabras en los periódicos, la radio y la televisión para valorar la magnitud del histórico acontecimiento y faltaban cortesanos para decir todo lo bueno y grande y generoso que era Trujillo. El mismo Trujillo dedicaría un largo discurso emocionado a la incomparable obra de Trujillo. Aquella inauguración de aquel 20 de diciembre de 1955 quedaría seguramente grabada en la memoria de los dominicanos para la eternidad.

23/8/24

La Feria de la paz y confraternidad del mundo libre (2 de 2)

Pedro Conde Sturla



La Feria de la paz y confraternidad del llamado mundo libre tenía una entrada monumental que daba al malecón y otra más humilde que nacía en la Avenida Independencia, pero las dos eran igual de arrogantes. Parecían pensadas para dar una idea de fuerza, para impresionar y atemorizar a la vez. La más ostentosa, la del malecón, recibía a los visitantes a través de un arco de cemento, tal vez un  pretendido arco de triunfo, en forma de arcoíris, con murales a cada lado. Más adelante se levantaba una burda estatua neoclásica que representaba o quería representar los veinticinco años de la gloriosa era y a continuación un enorme globo terráqueo empotrado en una especie de obelisco con las cinco estrellas del generalísimo. Era el símbolo de la Feria (una imitación del Trylon y la Perisfera  de la feria de Nueva York de 1939), lo que los dominicanos siempre llamaron la bolita del mundo. El símbolo del espectáculo de pan y circo que representaba la dichosa Feria que con el tiempo se convertiría por justicia divina en símbolo prostibulario.

16/8/24

La Feria de la paz y confraternidad del mundo libre (1)

Pedro Conde Sturla

16 agosto, 2024

El día 20 de diciembre de 1955, durante la inauguración de la pomposa y muy costosa Feria de la paz y confraternidad del mundo libre, el lisonjero Cucho Álvarez Pina pronunció un discurso en el que (a nombre del pueblo dominicano, por supuesto), rendía homenaje a la bestia como el primer hijo de la Patria y como el más grande repúblico y gobernante nacido en tierra dominicana. La bestia se transformaba en las palabras de Cucho Álvarez en un maestro, un estadista, un conductor, un apóstol, un caudillo, el generalísimo de los Ejércitos Nacionales. Y a él estaba dedicada la obra, y al vigésimo quinto aniversario de su ascenso al poder.

9/8/24

1955: El año del benefactor

Pedro Conde Sturla

9 agosto, 2024

En el año de 1955 la bestia cumplía veinticinco años en el poder y ahora estaba en la cima, en la más alta cúspide del poder y en el nivel más elevado de endiosamiento. La bestia había dejado de ser hombre para convertirse en Dios. Seguiría a caballo, en su caballo celestial, cada vez más engreído, envanecido y cada vez más sanguinario, hasta la noche en que lo apearon a balazos.

2/8/24

La lluvia de esos días (1-2)

(1)

Pedro Conde Sturla

26 julio, 2024

Un cuento puede vivir años en estado de vida latente. Luego empieza a crecer, si es que crece, y un día adquiere vida propia, desborda su propio contenido y sale al mundo vestido solamente con palabras.


Recuerdo que estuve en México en esa época, que estuve más bien en Ciudad México en los días en que Manzanero puso de moda «Esta tarde vi llover» y llovía a cántaros. Era difícil salir a la calle y no mojarse, todo el mundo andaba mojado y las calles se veían anegadas y brillosas, con ese brillo especial que le confiere la lluvia a las calles. Lo peor es que llovía incluso dentro de los lentos autobuses de transporte público y por debajo de las sombrillas y paraguas y yo estaba frenético y mojado buscando a una muchacha que había conocido el año anterior en Tampico, durante la llamada semana santa, y a la cual no volví a ver.

La lluvia de esos días (2 de 2)

Pedro Conde Sturla

2 agosto, 2024

Pasó un tiempo del que no tengo memoria y pensé que todo estaba perdido entre nosotros. María Cárdenas no vivía donde me había dicho que vivía o el correo se había equivocado o María Cárdenas no había querido recibir mi carta, igual que ya no recibía mis llamadas. Era la misma dirección a la que le había escrito otras veces y desde la cual siempre me había respondido. Volví a escribirle y el resultado fue el mismo. Volví a llamarla y el resultado era el mismo. Hasta que un día…