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8/8/25

La vida bajo el Servicio de Inteligencia Militar (SIM)

Pedro Conde Sturla

Nunca hubo en este país una época tan tenebrosa. Los llamados cepillos (aquellos claustrofóbicos Volkswagens negros, aquellas tres figuras funerarias en su interior), recorrían las calles de ciudades y pueblos con su lúgubre ronroneo y eventualmente se detenían a cualquier hora de la noche frente a una casa sin apagar el motor. Los funerarios podían estar buscando a alguien, podían haberse detenido por casualidad o por rutina, podían estar tratando de ubicar el lugar donde una o varias personas escuchaban noticias del exterior en onda corta, podían haber hecho un alto para arrojar un muerto frente a la residencia de sus familiares.

1/8/25

La ascensión de Johnny Abbes

Pedro Conde Sturla

2 agosto, 2025

Johnny Abbes era un ser excepcionalmente dotado para el mal. Exhibía, en efecto, un talento innato, una maligna inclinación luciferina, una vocación irreductible. Además se había preparado profesionalmente para ejercer el mal, se había organizado metódicamente: había adquirido en México los conocimientos que necesitaba para convertirse en un profesional del crimen. Es decir, tenía la formación y el talento y la plena disposición. El niño que se divertía sacándoles los ojos a los pollos había crecido y ahora quería sacarle los ojos a la gente.

25/7/25

El aprendiz del crimen

Pedro Conde Sturla

26 julio, 2025

La extraña amistad de Johnny Abbes con Nene Trujillo le sirvió seguramente de palanca para acercarse al dueño (o administrador) del país. Según se dice, el mayor y definitivo acercamiento, lo que lo cambiaría todo, fue una carta que (tal vez gracias a Nene o a algún otro padrino) hizo llegar Johnny Abbes al despacho palaciego de la bestia. La carta cumplió con un doble propósito: ofrecerle sus servicios y motivar al mismo tiempo su interés. También es posible que haya sido Nene Trujillo quien lo presentara personalmente a la bestia, sin mediación de carta alguna. Lo cierto es que se cayeron bien, que se agradaron uno al otro. Ese fue el principio de una monstruosa amistad.

18/7/25

El demoniaco Johnny Abbes

Pedro CondeSturla

19 julio, 2025

Johnny Abbes García se dio a conocer como cronista deportivo. Escribía en El Caribe y escribía en La Nación y era comentarista de radio. Fue una verdadera pena, o mejor dicho una verdadera tragedia, que no persistiera en el oficio, que no se entregara a tiempo completo y para el resto de su vida a la crónica deportiva radial o escrita, incluso a la poesía, por la que alguna vez se sintió atraído. Pero Johnny Abbes García pensaba en grande. Se sentía llamado o mejor dicho arrastrado a un propósito mayor, a una misión, a una auténtica vocación de servicio a la que consagraría toda su miserable existencia. Serviría, en efecto, incondicionalmente a la bestia. La serviría como espía, como delator, como torturador y verdugo…

12/7/25

Cuento de camino real sin vereda

Pedro Conde Sturla
12 julio, 2025

Era el séptimo día que faltaba comida de la nevera y nadie sabía darme una explicación. La comida desaparecía durante la noche. Desaparecía el queso, desaparecía la leche, casi todo desaparecía y los muchachos tenían que ir a la escuela sin desayunar.

Debía ser un intruso o una intrusa porque los muchachos no se atrevían a salir de noche de su cuarto. Le temían a la oscuridad de aquel caserón de madera con paredes que hablaban, que contaban antiguas historias y conversaban con difuntos. Le tenían terror a la noche. Un merecido respeto.

31/5/25

Nicolás (5 de 5): De abril en adelante

Pedro Conde Sturla

31 mayo, 2025

Después de la victoria del Puente Duarte y la caída de la Fortaleza Ozama comenzaron a llegar noticias aciagas… El aparato represivo que el imperio había creado durante la primera intervención armada (la de 1916 a 1924), parecía que colapsaría ante el empuje de las fuerzas constitucionalistas y parecía que la rebelión cívico militar se extendería por todo el país. Sin embargo, en horas de la tarde del 28 de abril empezaron a desembarcar los primeros marines en el puerto de Haina. Un segundo desembarco se produjo después en la base de San Isidro y con el correr de los días el número de integrantes de la fuerza de ocupación se contaba por miles. Se anunció de inmediato que venían a salvar vidas.

24/5/25

Nicolás (4): En la refriega

Pedro Conde Sturla

24 mayo, 2025

En cuanto se produjo el avance de los tanques y la infantería del CEFA sobre el Puente Duarte, los feroces cascos blancos que patrullaban la ciudad intramuros entraron en acción. Habían estado rondando durante unos días, desplazándose amenazantes entre los manifestantes a bordo de las llamadas perreras antimotines, manteniendo una supuesta neutralidad, hasta que recibieron la orden de abrir fuego.

17/5/25

Nicolás (3): Días de abril

Pedro Conde Sturla

17 mayo, 2025

Conocer a los hermanos Pichardo no fue tarea fácil. Parecía que estuvieran siempre, como en una película antigua, en movimiento, y a pesar del parecido familiar no había uno que fuera igual a otro. Estaban cortados por distintas tijeras, sobre todo en lo que respecta a personalidad. Además, uno de ellos era comunista y otro tenía vocación de cura y entre ambos extremos había un músico. Otros serían ingenieros y uno se dedicaría a contabilidad y finanzas.

De mayor a menor, si no me equivoco, respondían a los nombres de Miguel, Nicolás, Carlos, José, Jesús, Juan, Jacinto y Bernardo.

14/5/25

Artilugio


Nunca pensé que alguna vez iba a andar con un aparato en el bolsillo que es a la vez un radio, una televisión, un telégrafo, una maquinilla de escribir, una grabadora, un reloj, un despertador, un traductor, una cámara fotográfica y de video, una enciclopedia, una biblioteca, una discoteca, una galería de arte, un museo, un medio de comunicación, un periódico, un localizador, un GPS, un delator, un espía, un dispositivo de vigilancia planetaria… Ah, y también un teléfono… Un artilugio de prestaciones infinitas. Un extraño instrumento que puede servir para ensanchar tus conocimientos o convertirte en un idiota o en un esclavo.

10/5/25

Nicolás (2). Los años de la fragua

Pedro Conde Sturla

10 mayo, 2025

Nicolás y yo nunca fuimos apresados en ninguno de los micromítines en que participamos. Ambos éramos zanquilargos, pertenecíamos al género zancudo, es decir, estábamos dotados de unas patas bien largas y en la huida poníamos rápidamente distancia de los temidos cascos blancos. La velocidad, sin embargo, no era todo. Entre los cascos blancos había siempre policías de la llamada secreta, policías vestidos de civil que se delataban por el bulto del arma en la cintura y teníamos que estar atentos, muy atentos. Observar los detalles antes de comenzar a vociferar y lanzar volantes, echar de inmediato a correr.