Pedro Conde Sturla

El asesinato de Carlos Castillo Armas estuvo envuelto desde el principio en un aura de misterio e intriga. La persona que supuestamente le disparó fue encontrada sin vida a muy poca distancia del lugar. Se llamaba Romeo Vásquez Sánchez y era un guardia, uno de los guardias de servicio de la casa presidencial. Pero también era comunista y partidario de Jacobo Árbenz y había dejado un diario donde admitía haber planificado su muerte, la alevosa muerte de Castillo Armas. Además se había suicidado con la misma arma con que lo había ejecutado. Lo comprobaba la bala que encontraron en su cabeza. Todo estaba aclarado, entonces, sólo un comunista y partidario de Árbenz podía tener interés en matar a Castillo Armas. ¿Quiénes, aparte de los izquierdistas, podían estar interesados en asesinar a un presidente que contaba con el apoyo pleno del imperio?